Guía TIM de supervivencia zombi
Un tutorial de ANIMAL, HoJu y Mace Windows para Thisismadness
Antes de nada, hay que agradecer a la obra de Max Brooks Guía de supervivencia zombi en concreto, y a la cultura popular en general, el material que nos han proporcionado para elaborar una guía como esta. La humanidad tiene suerte de que haya individuos como Brooks, George A. Romero, o simplemente nuestro compatriota gallego con cierto blog exitoso, preocupados por la supervivencia, bienestar y proliferación de los hombres y mujeres del mundo de una forma que de verdad importa: sobrevivir a la amenaza zombi.
Es posible que nuestra obra se asemeje a otros trabajos, principalmente los más elaborados y conocidos, pues no queremos sino perfeccionar y aportar nuestro propia visión de este tema con el fin de ayudar en la medida de nuestras posibilidades, a esclarecer ciertos aspectos que aún no se hayan podido tratar. Siempre con buen humor, pues es importante entender que el fin de la humanidad no debe ser visto como una gran pérdida. En serio, no lo es. Pero, sobre todo, nuestra intención es hacernos famosos y ganar mucho dinero a costa de las preocupaciones que nosotros mismos hemos infundido. Espera, ¿quién utilizaba ya este método...?
Nota de los autores: desde Thisismadness no apoyamos la reciente masificación de este culto por el no-muerto que está avasallándonos cual apocalipsis mundial. Lo bueno es mejor si está en pequeñas cantidades, sobre todo si esa masificación de libros, cómics, merchandising y demás mierda se hace para enriquecerse gracias a las ideas de otros. En nuestra defensa debemos decir que este artículo fue comenzado a escribirse hace meses y meses (lo que pasa es que somos muy vagos como para acabar tempranamente algo que empezamos) y, por supuesto, que no veremos un puto duro, por muchas sonrisas que os saquemos cuando lo leáis.
Guía TIM de supervivencia zombie. Índice.
Parte 1: El zombi (pág. 1)
Parte 2: Detección del brote (pág. 1)
Parte 3: Preparación (pág. 1)
Parte 4: La resistencia (pág. 2)
Parte 5: La ofensiva (pág. 2)
Parte 6: Desplazamiento (pág. 3)
Parte 7: La supervivencia (pág. 3)
Parte primera: El zombi
Sobrevivir no es tener muchas armas y grandes defensas: hay que conocer la amenaza. No, esta vez no es fantasma: son muertos vivientes. La gente cree conocer al zombi a la perfección gracias a las innumerables películas del género; sin embargo, no por haber visto seis veces Salvar al soldado Ryan vayas a pensar que sobrevivirías al desembarco de Normandía, por mucho que te memorizaras cada búnquer y cada barrera antitanque. El cine tan realista en algunos temas (como En busca del Valle Encantado, una magnífica representación del sistema de organización social de los dinosaurios), en el caso de los zombis presenta un corpus fragmentado y poco coherente que debería ser objeto de una sistematización científica.
Hay muchos visionarios que se creen capaces de reducir el rico mundo de los zombis a un tipo concreto, desdeñando todos los factores contradictorios. Se han declarado cismas irreconciliables entre los defensores de una u otra clasificación, auténticas batallas campales en los congresos científicos dedicados al tema (numerosísimos pero secretos, por supuesto). Nosotros no nos creemos tan listos, aunque probablemente lo somos, así que procuraremos dar una perspectiva lo más amplia posible.
Lo primero es establecer unas características básicas en las que todos estén de acuerdo y que nos permitan distinguir un zombi de otros elementos del entorno como demonios, vampiros o autobuses urbanos. El zombi es una criatura humanoide (aunque se han descrito casos en animales, sin confirmación clara) que es el resultado de la transformción de un ser preexistente. Se caracteriza por su aspecto desaliñado, su olor desagradable, la ausencia de comportamiento racional, la falta de empatía y emotividad, la poca o nula sensibilidad física, y sobre todo una necesidad irrefrenable de atacar, morder y devorar a otros seres, preferentemente humanos (que no, que no es Mace Windows). A partir de aquí, las diferencias son muchas.
Se han desarrollado varias teorías sobre el origen de los zombis. La más tradicional habla de cadáveres reanimados por diversos medios (desde el clásico hechizo vudú a algún virus de comportamiento desconocido, pasando por radiaciones o experimentos nazis). A esta idea contribuirían especialmente el aspecto descuidado y sangriento, la desaparición de los lazos emocionales del sujeto y el hedor nauseabundo. Teorías más recientes y más acordes con los conocimientos de fisiología actuales, plantean al zombi como un ser humano vivo pero infectado por un virus que inflama el cerebro y estimula la producción de adrenalina, lo que causaría la agresividad y la relativa insensibilidad al dolor. El mal olor también sería explicable según esta teoría porque un cerebro inflamado y sobresaturado de adrenalina (a partir de ahora zombificado, para abreviar) no está como para pensar en ducharse, cambiarse de ropa interior o siquiera bajarse los pantalones antes de defecar (esto también puede influir en sus lentos y torpes pasos). El caso de un zombi humano presenta dilemas morales que el cadáver no planteaba, ya que siempre existe la esperanza de encontrar la cura de un virus, y la terminación efectiva de un zombi podría considerse un homicidio punible. ¿La ventaja? Que no hace falta apuntar a la cabeza, porque aunque tengan parcialmente bloqueados los centros del dolor, no son insensibles al desangramiento o el reventamiento de órganos.
Los zombis no se reproducen sexualmente. Esto es una imposibilidad física para los muertos vivientes (mierda, a dónde irá esto).Un zombi vivo, en cambio, teóricamente mantiene intacto su sistema reproductor aunque no experimenta conductas sexuales ni con sus semejantes ni con humanos sanos (vale, ya está bien con el tema). Ignoramos los depravados experimentos que se hayan podido hacer a este respecto por lo que insistimos en que la manera de generar nuevos zombis es por infección (joder, que ya vale con la información, gracias). En cualquiera de los casos posibles, es inevitable e irreversible. Se produce por contacto con fluidos afectados; dadas las apetencias culinarias del zombi, esto suele ocurrir por una mordedura.
La coordinación psicomotriz es un punto capital. Generalmente se considera a los muertos viventes seres de movimientos lentos y tambaleantes, incapaces de correr, saltar, trepar, abrir puertas, etc. Todos estábamos muy tranquilos con este pensamiento, ¿verdad? Pero en los últimos tiempos, los investigadores, especialmente los que estudian a los zombis como seres vivos, han llegado a la conclusión de que un cerebro zombificado no produciría graves alteraciones en la motricidad. Si este fuera el caso de un brote zombi, nuestra guía podría resumirse en estas dos palabras aplicables a cualquier lector promedio de TIM: estás jodido. En cualquier caso, no se puede asegurar que un zombi vivo pueda correr o que un muerto viviente no pueda. Como muchas otras cosas, la experiencia nos lo dirá... o nos lo morderá, depende.
Parte segunda: detección del brote
Hay que tener presente una cosa: en caso de haber un brote zombi, el epicentro de la infección no va a estar en la Península Ibérica. Esto será porque la zona no presenta las caracteríscas que se desarrollarán a continuación. A pesar de esto, en caso de que España o una zona colindante sea el centro de la infección valdrá con llevar a cabo los procedimientos que desarrollaremos con mayor decisión, efectividad y celeridad (que no, que ese vecino tuyo es así, lo siento pero no es un zombi. Casi, pero no).
Como hemos dicho, hay varios tipos de infección. En caso de que sea a causa de un virus artificial, hay que mirar hacia zonas donde se sabe o al menos se puede sospechar que los gobiernos impulsen y amparen investigaciones de medicamentos, armamento o demás tecnología, siempre enfocados desde un aspecto biológico. En este caso miraremos hacia Oriente Próximo, Rusia, China, Corea del Norte... (los malos de las pelis, vamos) y porqué no, los Estados Unidos. También debemos tener en cuenta factores físicos y climáticos del entorno, junto a la demografía. La gran densidad de población de China, unida al enérgico ascenso de su posición en la economía mundial, la convierte en una de las mejores opciones para darse esta situación de mordiscos, sangre, gore del chulo y grandes índices de mortalidad infantil.
¿Cómo darnos cuenta de que el brote ya se está cobrando las primeras víctimas? Tranquilo, seguramente pase mucho tiempo hasta que te veas involucrado en el conflicto: no doblarás la esquina y tendrás que enfrentarte a tres zombis, esto no es un videojuego (aunque ojalá lo fuera. La verdad, lo tendrías más fácil, estando donde quiera que estés). Sin embargo es importante tomar cartas en el asunto cuanto antes. Cuanto antes te des cuenta del peligro que corres tú y tu círculo de personas, más posibilidades tendréis de sobrevivir. Si seguís nuestros consejos, lo sabréis incluso antes que las propias autoridades o prensa (lo que es una considerable ventaja).
No te vuelvas un paranoico, pero siempre mantente alerta y desconfía. ¡Entérate de las noticias de una vez, chaval! Lee el periódico, siéntate con tus padres después de comer y habla con ellos mientras ves las noticias, ¡seguro no lo haces desde que les pediste permiso para utilizar la dirección de casa para comprar artículos de lujo friki a EEUU! -"Ya era hora de que te sentaras a ver las noticas con tus padres, hay que empaparse un poco" -"No, si solo vengo a ver si se desarrollan brotes zombis por alguna parte". Un comienzo es un comienzo. Entonces, ves algo sospechoso: un pueblo sufre brutales ataques por otros humanos sin saber la causa; pérdida de contacto con alguna población alejada; desplazamientos sospechosos de las fuerzas del orden... Ten en cuenta que los gobiernos seguramente oculten en primera instancia los hechos a la prensa, es posible que ni ellos sepan lo que ocurre. Empiezas a unir hilos, las cuentas te salen: hay gran probabilidad de que no sea solo una coincidencia. "Ya era hora", piensas. Es hora de pasar al siguiente punto.
Parte tercera: la preparación
Esto no son los exámenes de la universidad: vale más que hagas los deberes a tiempo o lo lamentarás. Si has seguido nuestros consejos y tienes buena parte de la preparación ante una amenaza zombi tienes muchas más posibilidades de prevalecer. Además, es posible que cuando quieras equiparte bien durante el ataque, ya no puedas hacerlo.
Siempre habrá cosas que, evidentemente, no están al alcance de todos, o que no son viables mientras no haya evidencias de un ataque exterior. Hay que tener en cuenta también que vivimos en Europa: (des)gracias a Dios, al fin somos una civilización acorde a nuestro tiempo y no disponemos de las armas y la capacidad ofensiva de EEUU. Pero no desesperar: utilizar el coco y aprovechar bien los recursos de los que disponemos puede ser más útil que un M16 (en realidad casi cualquier cosa puede ser más útil que un M16). Además, nuestra equipación no constará ni mucho menos en centrarnos en el armamento.
El equipo básico debe estar ya en tus manos, y si no es así, corre a comprarlo inmediatamente. ¡Pero espera un poco, cacho carne! ¡Que aún no te he dicho lo que tienes que comprar! Se trata de objetos que se pueden encontrar sin dificultad, como bien pueden ser una brújula, linternas, mapas de las zonas que tienes intención de recorrer, mochila apropiada para grandes viajes a pie, cantimplora, cuchillo/navaja, barra de uñas (o patacabra), prismáticos, un espejo para hacer señales visuales a grandes distancias... y artilugios de supervivencia similares que creas conveniente. Todo esto es imprescindible, aún cuando tu estrategia sea permanecer en un sitio único: nunca sabes cuándo vas a tener que abandonarlo y salir por patas.
Una vez tenemos estos artículos más simples pero de primera necesidad, pasemos a serious business: tu fortaleza, tu Abismo de Helm, tu templo Massassi de Yavin IV, tu Masada... piensa a gran escala, estudiando los mapas para establecer una zona amplia donde creas que el peligro podría ser menor y estudia sus posibilidades defensivas y de abastecimiento. Será importante situarse en una zona elevada o al menos de buena visibilidad en todos los frentes. Con varias zonas de entrada bloqueadas, pero sin quedarse sin vía de escape. Asegúrate de que dispones de un río o manantial cercano y fuentes de comida. Rumiarte las uñas no es una opción, y de momento TIM no fomenta eso del canibalismo si no es indispensable. Puedes sacrificar terreno a favor de algunos cultivos, y si dispones de caza menor o mayor en las cercanías, mejor que mejor. ¡Pero ojo con las salidas lejanas o prolongadas! Se supone que has elaborado una zona de contención perfecta, pero no puede ser demasiado grande...
¿Armas de alcance y de gran efectividad? Utiliza tu imaginación, porque cosas como un AK-47, una carabina M1 Garand o el bláster de Han Solo no se encuentran en cualquier sitio. Aprovecha arpones, construye arcos o ballestas... que además de no ser especialmente difíciles de conseguir, el extra de sigilo que aportan puede ser aprovechado en grado sumo. Pero recuerda, las armas cuerpo a cuerpo nunca dejarán de ser tu mejor baza.
¿Fuentes de energía? ¿Recuerdas las lecciones de prehistoria? Pues aplícate el (largo y aburrido) cuento, porque las fuentes de energía de hoy en día son ruidosas y limitadas. ¿Que tienes paneles solares? No me lo creo, son muy caros y apenas se distribuyen en instalaciones pequeñas. Además, ¿sabías que de energía renovable tienen poco? Usan las mismas baterías asquerosamente contaminantes de los coches para almacenar la energía. Oye, ¿qué te he dicho? Olvídate de los paneles solares, ya tenemos un mundo lleno de zombis, no queremos un mundo de zombis y encima contaminado (ya habrá bastante con las previsibles explosiones de fábricas y centrales nucleares). En serio, aprendeos a apañároslas sin todo esto, y lo siento mucho, pero también sin Tuenti. ("Y sin esta web, mendrugo" diréis). ¿Mendrugo? ¿Qué te hace pensar que no editemos esto y te lo acabe regalando un amigo por tu cumpleaños?