Crítica: La cinta blanca (2009)
Por John Karra
Título original: Das weisse band
Dirección: Michael Haneke
Guión: Michael Haneke (yo me lo guiso, yo me lo como)
Intérpretes: Christian Friedel, Burghart Klaußner, Susanne Lothar, Rainer Bock, Leonie Benesch, Ulrich Tukur, Ursina Lardi, Maria-Victoria Dragus, Johanna Busse, Leonard Proxauf,
Fion Mutert, Thibault Sérié (¡que duele de lo bonico que es!)
Crítica:
Confieso que, después de ver esta película, no sabía cómo sentirme. No sé si fue por el tiempo que llevaba esperando verla o porque no compartí opiniones, aunque lo
primero que oí en cuanto se encendieron las luces fue un “No me he enterado de nada” por parte del señoruco que se sentaba a mi lado. El gran Haneke ya había demostrado con anterioridad
su habilidad para crear enervantes tramas psicológicas, pero, al contrario que en obras anteriores como “Funny Games”, parece que las críticas no ayudan a la hora de ver un filme como
éste. Se trata de una gran película, pero, como consejo personal, hay que verla sin haber leído ninguna de las conclusiones escritas por los críticos, porque pueden llevar a crearse expectativas
equivocadas. Por esto, sólo diré que, como muchos sabréis, la historia acontece en un pequeño pueblecito de Alemania durante un año, comenzando en el verano de 1913; los extraños hechos que
comienzan a suceder muestran la degeneración de los rectos adultos y sus inocentes hijos criados en el más estricto puritanismo protestante.
Recomiendo por mi experiencia personal concentrarse en disfrutar y valorar el desarrollo de la historia sin esperar constantemente un final; sobre todo, remarcar el trabajo actoral: hasta los
personajes más complejos son interpretados de forma impecable, y me gustaría resaltar el papel de los niños, dado lo poco común que resulta ver pequeños que ofrezcan interpretaciones tan
realistas (y que hagan sentir tan mal al público). Porque, desde luego, no se trata de una película agradable, por muy bonito que sea el paisaje ni muy lindos que sean los chiquillos; Haneke
demuestra una vez más que el temor puede infundirse sin necesidad de recurrir a la violencia explícita (que tampoco falta), sino a través de un buen guión que, con unas conversaciones
dolorosamente tajantes, demuestra que muchas veces menos es más. Solamente me queda añadir que volveré a verla por los detalles que se me quedaron por el camino, a ver si se me termina de quedar
un buen sabor de boca.
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Repolocho (miércoles, 21 abril 2010 12:10)
Ya la he visto. Increíble. Me encantó. Sólo una cosa... ¿soy rara por entenderlo todo a la primera? Quiero decir, es cierto que la película no deja demasiado en claro todo el tema, pero creo que, si se está lo suficientemente atento, no deja dudas de quién es el responsable de todo lo que pasa (excepto de lo que pasa con el granero).
Pero eso: una película perfecta, redonda, con un mensaje implícito que deja muy mal sabor de boca, pero que gusta igualmente. Ya sabes, John Karra... la violencia genera violencia.