Crítica: Alicia en el país de las maravillas (2010)

 

Por John Karra

Título original: Alice in Wonderland

 

Dirección: Tim Burton

 

Guión: Linda Woolverton, Lewis Carroll (obviamente)

 

Intérpretes: Mia Wasikowska, Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Anne Hathaway, Crispin Glover, Matt Lucas, Alan Rickman (voz de la Oruga Azul).

 

Crítica:

 

Si bien alguien como yo se hace las mayores ilusiones al enterarse de un nuevo estreno de Tim Burton, he de admitir que fui con ciertas reservas al cine esta vez.; no por la posible mala adaptación del clásico (no he leído a Carroll), sino porque después de tantos años metiera otra vez la zarpa la Disney; parece que han cambiado mucho las cosas desde aquel tiempo en que Burton era un joven coartado y censurado que tenía que amoldar su estilo para hacer lo que le mandaban, hasta que “Pesadilla Antes de Navidad” salió a la luz y Disney se benefició de todo el éxito; y ahora que el genio ha dejado de ser considerado un “rarito” y ha alcanzado tal éxito comercial, es una máquina de hacer dinero a la que sacarle el máximo provecho.

 

Por suerte, no fue para tanto. No diré que es una de esas películas con las que Burton sorprende, es muy en la línea de siempre en la mayoría de sus aspectos. Las historias de Alicia son muy apropiadas para su estilo, y ha sabido aplicarlo de forma satisfactoria. El parecido de algunos de los personajes y ciertas escenas sí me dieron la ligera sensación de que se buscaba una especie de continuación de la película de animación de 1951, aunque la reinterpretación no le ha sentado mal: al volver al País de las Maravillas, Alicia se encuentra con el lugar destrozado por la larga tiranía de su ilegítima reina, y a sus habitantes  convertidos en un triste puñado de rebeldes desdentados (la Liebre de Marzo, mi personaje favorito,  es digna del mejor especial de “Callejeros”). Partiendo de esto, la historia comienza a tomar un cariz épico que supone una novedad en el cine del amigo Tim, pero que dada la naturaleza de la película, me recordó demasiado a las sagas infantiles de la clase de “Las Crónicas de Narnia”. Por otra parte, las escenas del ‘mundo real’ me resultaron más divertidas de lo esperado: la época victoriana que representó de forma lúgubre y con humor negro en “Sweeney Todd” es aquí mostrada en un escenario luminoso y ridiculizada por medio de sus personajes pomposos,  horrorizados por las excentricidades de la joven Alicia.

 

Vale, ya tardaba en hablar de Johnny Depp. Ya resulta difícil imaginar una película de nuestro genio sin un papel a la medida de su actor fetiche, y en este caso se ha dado un protagonismo nunca visto al Sombrerero Loco para que Johnny se luzca; qué decir de su caracterización (tod@s la habréis visto), y la interpretación está a la altura del personaje, pero tengo que decir que me resultó demasiado parecida a la de Willy Wonka (la cual bordó en su momento, sin duda). En cuanto a la otra niña de sus ojos, Helena Bonham Carter, diré que me pareció la mejor de toda la película (también, posiblemente, porque su personaje se lleva muchos de los momentos más graciosos). De la Reina Blanca no tengo mucho que añadir, ya que Anne Hathaway nunca me ha encantado ni disgustado, simplemente defiende su papel y merece también algunas risas, aparte de haber creado un estilo propio para su personaje. Esperaba más carcajadas por parte de los gemelos Tweedledum y Tweedledee , y más teniendo en cuenta que son interpretados por el genial cómico Matt Lucas (la adorable y rolliza mitad de “Little Britain”). Crispin Glover, quien hizo su particular parodia del cine burtoniano en la patética “Epic Movie”, me pareció digno de una película de Burton dado su natural aspecto siniestro, y no decepciona como Stayne, la Sota de Corazones, en un buen dúo con Bonham Carter. Dejo para el final a Mia Wasikowska, quien parece consciente que su personaje no es el que tiene que llamar la atención, pero a quien, aún así, encontré algo falta de carisma; para mi gusto, no ha llegado a la altura de otras ‘niñas’ de Burton como Winona Ryder o Christina Ricci. Los personajes animados me gustaron más en la versión del ’51, a excepción de la Liebre y el Conejo Blanco (que se ve muy gracioso para lo poquísimo que aparece en comparación con su predecesora): al Gato de Chesire, al Lirón (Lirona en este caso) y a la Oruga Azul se les podría haber sacado más jugo.

 

Otro de los que no fallan en las cintas de Tim es el siempre genial Danny Elfman, que nos ha dado melodías tan memorables con las bandas sonoras de “Bitelchús” o “Eduardo Manostijeras”. No se ha lucido tanto aquí, sin embargo; el tema inicial me pareció casi una repetición de la música del comienzo de “Charlie y la Fábrica de Chocolate” (lo que no está nada mal, pero no aporta nada nuevo). Eché mucho en falta alguna canción de las suyas, de esas que cantamos cada vez que vemos “Pesadilla Antes de Navidad” o “La Novia Cadáver”; a medida que llegaba el final, esperaba un numerito de despedida, pero nada. La única canción de la banda sonora (y es aquí donde se nota el mangoneo comercial de la Disney) es una canción pop para los créditos a cargo de Avril “Rubiatontaderosa” Lavigne, que me hizo abandonar la sala más rápido de lo que jamás he salido tras una película de mi querido Tim.

 

Otra novedad que aún no he mencionado es el uso de la técnica 3D. Me pareció oportuno verla así, ya que es su primera película ofrecida en este formato, aparte de que sólo había visto así películas enteramente de animación. No está mal, le da profundidad a los escenarios y se hace más entretenido, aunque supongo que también es cosa de los productores para sangrarnos casi el doble de dinero por las puñeteras gafitas.

 

Resumiendo, no ha sido de lo mejor que nos ha ofrecido Tim Burton, ni ninguno de los intérpretes, ni Danny Elfman ni Disney, pero aún así merece la pena verla. Se puede pensar que no la desaconsejo porque soy fan del director, pero no es lo suficientemente vendida como para decepcionarnos a sus admiradores ni lo bastante excéntrica como para no agradar a un público menos acostumbrado (jamás pensé que mi padre saldría tan contento de una de sus películas). A quien no me atrevo a aconsejar nada es a quienes leyeron las novelas; tendréis que juzgar por vosotr@s mism@s.

 

 

 

 

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Comentarios: 1
  • #1

    Repolocho (viernes, 30 abril 2010 16:03)

    ¡D'ouch! ¡Te me has adelantado! Jejeje (sí, al final sucumbí y fui a verla...)

    Bueno, aun así no me atrevía a hacer una crítica por miedo a ser demasiado fría. Para serte sincera, querida John Karra, a mi me ha decepcionado bastante. Se deja ver, eso es verdad, y está entretenida. Por supuesto, está el toque "burtoniano" en la fotografía, en los paisajes y en el "cómo haré esta vez para putear a mi amada esposa y a mi mejor amigo del alma" (lo digo de buen rollo, Helena y Johnny están excéntricamente bien).

    Sin embargo, hay dos cosas que no me gustaron NADA DE NADA:
    1) Si en el libro Alicia se encuentra con la Liebre de Marzo, el Sombrerero Loco ("Hatty" para los amigos) y al SEÑOR Lirón, ¿por qué puñetas tiene que meter Burton una rata chillona e insoportable como lirona? ¿Qué necesidad hay en el cambio de sexo? ¿Y por qué es tan activa? Él Señor Lirón se caracteriza por dormir, no por sacar ojos a bestias salvajes.
    2) La "Deliranza" del Sombrerero sobra. Mucho. Al menos esa horrible música semi-tecno.

    Por lo demás... bueno... bah... me ha decepcionado porque me ha dejado indiferente. No es lo suficientemente mala para enfadarme con Burton (oooh... sé que no podría aunque quisiera) ni lo suficientemente buena como para que la recuerde el día de mañana. Me va a pasar lo mismo que con "En tierra hostil", que la olvidaré. Y si se trata de mi director favorito, me joroba mucho.