Título original: The Green Hornet

Dirección: Michel Gondry

Guión: Seth Rogen y Evan Goldberg (basándose en los personajes creados por George W. Trendle y Fran Striker)

Intérpretes: Seth Rogen (Britt Reid/Green Hornet), Jay Chou (Kato, el único humano capaz de fabricar un coche entero en dos horas), Christoph Waltz (Chaikovs... Chudchofs.. Chuststz... ¡Chudnofsky!), Cameron Díaz (Lenore Case, la secretaria), Tom Wilkinson (James Reid, el papá de Britt), David Harbour (el fiscal Scanlon, cuyo parecido psicológico a un colega me dio escalofríos), Edward James Olmos (Axford, el sufrido nuevo director del Sentinel), Edward Furlog (el nene de "Terminator II", que se nos ha metido a yonki).

Crítica:

¿Habéis experimentado alguna vez la emoción que supone escapar de algún tipo de actividad extraescolar cuando érais pequeños? No me malinterpretéis, no es que quiera que vuestros hijos/sobrinos/hermanos/mascotas o vosotros mismos no vayáis a adquirir conocimientos complementarios después del colegio, ni mucho menos. Para eso ya tenemos un tutorial bien completito que os indica cómo hacerlo. Lo que busco es que intentéis recordar alguna situación de ese estilo, de saber que estáis haciendo alguna travesura que no está bien, pero que da un punto emoción al día, porque ese es el estado de ánimo ideal para ir a ver "The Green Hornet".

La historia no es nada del otro mundo: Britt Reid es el hijo del multimillonario James Reid, director del prestigioso periódico The Sentinel ("El Centinela", para los que andéis verdes en inglés. Hehehe... verdes...), que vive por y para sí mismo dando fiestas y creando escándalos que traen de cabeza a su estricto padre. Sin embargo, éste muere repentinamente dejando toda su fortuna y la responsabilidad del periódico en manos de su hijo. Abrumado por la situación, Britt busca ayuda en Axford, antiguo socio de su padre, y en Kato, un joven ayudante que hacía todo tipo de tareas en su gran mansión. Pronto surge una gran amistad entre Kato y Britt que les lleva a idear un alocado plan: se convertirán en superhéroes. Pero esto no sale así porque sí, como los champiñones en el monte; resulta que Kato lo mismo te prepara un café a las ocho de la mañana, como te fabrica un Aston Martin del 85 en media hora, como te mata con un movimiento de dedos ¡mu rápido! Esto, sumado al carisma de Britt, les convierte en una pareja de héroes invencible que lucha contra el mal, solo que haciéndose pasar por criminales para evitar daños colaterales en los ciudadanos de a pie. Pronto adquieren cierta fama, por lo que Britt busca un nombre con gancho que acaba derivando en Green Hornet ("Avispón Verde") y extendiéndose por todo el mundillo de los bajos fondos hasta llegar a oídos de Chudnofsky, el jefe de los criminales de la ciudad.

La película es bastante simple en su desarrollo, no pasa de ser más que un mero entretenimiento, pero funciona bastante bien gracias a los toques de humor del guión. Seth Rogen interpreta a un Green Hornet egocéntrico y bromista hasta la médula que llega a resultar más que irritante conforme avanza la acción. Es un actor de un solo registro, como otros cómicos americanos de la talla de Adam Sandler o Ben Stiller. Si éstos son el "alelao" suertudo y el apocado patoso respectivamente, Rogen es siempre el gordito bromista y eso cansa demasiado cuando se conoce el resto de sus trabajos. Jay Chou es quien lleva el peso de la película a sus espaldas o, al menos, esa es la sensación que transmite cuando interpreta a Kato. Además de sacar las castañas del fuego al protagonista, que es más inútil que la cinta de correr de un cojo, es el que más carisma tiene de los dos, a pesar de su escasa expresividad. Y también está para comérselo, todo hay que decirlo.

 Cameron Díaz... ni fu ni fa. En su línea: típica chica guapa y trabajadora deseada por los dos protagonistas. No es creíble. Díaz, en mi opinión, perdió su encanto en los noventa.

Digno de mención es Christoph Waltz en el papel de Chudnofsky. Cada vez que aparece en pantalla la película gana muchos puntos, y es que el espíritu de Hans Landa sigue latente en Waltz, por lo que todos los thisismadníacos que acudimos a ver "The Green Hornet" coincidimos en que Chudnofsky debía ser el hijo ruso perdido de nuestro adorado coronel de las SS. Sin embargo, sí que hubo una cosa que extrañó a servidora: ¿porqué el doblador habla como el Johan Cruyff del "Crackovia"? Sí, en cuanto abrió la boca por primera vez, no pude evitar soltar una carcajada. Y no porque dijera algo gracioso (que también), sino por el tono en cuestión. La verdad es que ese "Io acohono qui te cagasss" es difícil de olvidar.

Por lo demás, poco más cabe destacar. Las escenas de acción son estupendas, rodadas con slow-motion para apreciar todos los movimientos de Kato; la estética y el vestuario del Green Hornet y su socio están muy bien, y los coches de los Reid provocarán más de un orgasmo a los amantes del motor que se encuentren en la sala.

En resumen, un film entretenido sin más, de esos que gustaba ver de pequeños, cuando te escapabas de las clases de matemáticas (o cualquier otra asignatura insufrible) y entrabas al cine de tu barrio a escondidas, con una bolsa de palomitas o gominolas, esperando que los héroes de la película te rescatasen del aburrido mundo real con una buena dosis de acción y risas.

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