Título original: Kelly's Heroes

Dirección: Brian G. Hutton (entre cuyas obras destaca la también bélica El desafío de las águilas)

Guión: Troy Kennedy Martin

Intérpretes: Clint Eastwood (el teniente-degradado-a-soldado-raso Kelly, en su línea), Telly Savalas (el sargento mayor "Gran Joe", el típico sargento grandote de mediana edad), Donald Sutherland (el tanquista hippie, sargento Oddball, lleno de energía postiva), Don Rickles (el sargento de suministros "Buscavidas", un entrañable cabronazo), Stuart Margolin, Jeff Morris, Richard Davalos, Perry Lopez,  Harry Dean Stanton, Dick Balduzzi, Gene Collins, Tom Troupe (los soldados de infantería "Pequeño Joe", "Cowboy", Gutowski, Petuko, Willard, Fisher, Babra y el cabo Job), Gavin MacLeod, Shepherd Sanders (Moriarty y Turk, tanquistas), Hal Buckley (capitán Maitland, sobrino del general... ejem... muy competente... ejem), Carroll O'Connor (general Colt, no se entera de nada pero se cree un Eisenhower), George Savalas (sargento primero de morteros Mulligan, tan hábil que bombardea sus propias líneas). Y los alemanes entre los que destacamos a David Hurst (coronel de inteligencia Dunkhepf, sensible al coñac) y Karl-Otto Alberty (comandante de un tanque Tiger de las Waffen SS).

Crítica:

Tenemos muy pocas películas bélicas en esta sección y eso no puede quedar así. Así que atacaré con una que además es depositaria de altas concentraciones de lol: Los violentos de Kelly es una atípica película de la II Guerra Mundial. Fue rodada en 1970, en plena guerra de Vietnam, y se nota, por ejemplo, en hilarantes anacronismos como el que sitúa a unos soldados medio hippies en la Francia de 1944.

Apreciaréis que me he extendido bastante en el epígrafe del reparto, y es que no podía ser menos. Como ocurre con los videojuegos, acabas cogiendo cariño a esos soldados y no te los puedes dejar en el tintero. Porque esta es una historia de soldados, de soldados y suboficiales: tíos duros, sin mucho qué perder, sin grandes ideales, ni patriotismo, ni gloria. Los oficiales, cuando aparecen, salen bastante malparados.

Esta historia de soldados tiene lugar en septiembre de 1944, con los Aliados avanzando por el este de Francia. La accción se sitúa en el frente cerca de la ciudad lorenesa de Nancy, donde la 35ª división de infantería del ejército de los Estados Unidos se encuentra estancada junto al resto del Tercer Ejército de Patton, por falta de suministros. El soldado Kelly vuelve al puesto de mando de la compañía con un prisionero, que resulta ser el oficial al mando de un convoy alemán cargado de ¡Oh, sorpresa! oro. Con ayuda de una botella de coñac, Kelly le sonsaca la información al boche, pero esa misma noche, mientras los americanos son bombardeados por sus propios morteros (cortesía del amigo Mulligan, que no es muy espabilado) y el capitán Maitland se preocupa de transportar un yate que ha saqueado por ahí, los alemanes contraatacan con profusión de tanques y demás cosas que nos ponen cachondos a los magalómanos, de modo que el sargento mayor "Big Joe", decide que, total, si nos iban a relevar hoy mismo, mejor nos vamos.

En la retaguardia, con el capitán de permiso en París y el frente estancado, Kelly le sigue dando vueltas al asunto del oro y sondea a unos cuantos compañeros para ir a buscarlo tras las líneas enemigas, en el banco de la ciudad de Clermont. A cambio de participaciones en el botín de 16 millones de pavos en oro, Kelly recluta ocho soldados de su pelotón y al trapichero y poco combativo sargento de suministros "Buscavidas", para que consiga el equipo necesario para la incursión sin que ningún oficial se entere. Kelly acabará consiguiendo incluso apoyo blindado: tres carros Sherman más tuneados que el Halcón Milenario (carros que, tras mucha investigación inútil y dejarme las córneas en la pantalla para ver la insignia de la guerrera he identificado como pertenecientes al 6º Batallón de tanques) dirigidos por el sargento Oddball, un melenudo protohippie cuyo oficial al mando ha muerto y que da a la película sus mejores momentos de guión: las ondas negativas, sus imitaciones perrunas... la escena de los tanquistas acampados en plan comuna y con música oriental de fondo no tiene precio.

Después de convencer a "Big Joe" de que les acompañe en una misión sin autorización tras la línea enemiga con altas probabilidades de ser masacrados por los alemanes o fusilados por un consejo de guerra si les pillan, el equipo se pone en marcha. Entre campos de minas, bombardeos aéreos, patrullas alemanas y puentes destruidos, las cosas se acaban complicando y al olorcillo de los lingotes se moviliza un verdadero "ejército" que penetra en territorio enemigo... sin que un solo oficial se entere de lo que pasa.

Y ya he dicho mucho. Por cierto, impagable también la escena en la que Clint Eastwood autoparodia sus papeles de tío duro del far (and spaguetti) west. A destacar también, que a pesar de ser una comedia, la corrección histórica es bastante mayor que en otras producciones bélicas de la época pretendidamente más serias: los tanques Sherman son auténticos (no así los Tiger, que son T34 soviéticos, aunque modificados para recrear adecuadamente el carro alemán), las armas, los uniformes (no tanto las ropas de los civiles) y las unidades desplegadas respetan escrupulosamente la realidad (salvo los tuneos de los Sherman de Oddball, claro), ganándose la aprobación de cualquier friki de la parafernalia militar. Las localizaciones también están logradas, a pesar de rodarse muy lejos de Francia (nada menos que en Yugoslavia); no como en la casi contemporánea (1965) La batalla de las Ardenas, cuyas escenas de tanques se rodaron sin ningún disimulo en pleno deiserto de Texas, ideal para recrear los bosques belgas en enero de 1945...

No creais que esta película no ha influido en la historia del cine: cabe destacar el film de 1999 Tres reyes, ambientado en la Guerra del Golfo pero que casi podría considerarse un remake: soldados americanos, oro tras las líneas enemigas, expedición clandestina... aunque mucho más divertida la original, dónde va a parar.

Concluyendo, Los violentos de Kelly es una divertida comedia y una magnífica película bélica, todo en uno. Vivísimamente recomendada por un servidor y por el amiguito de los soldados, Kilroy.

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