Crítica: El proyecto de la Bruja de Blair (1999)

 

Por Repolocho

Título original: The Blair Witch Project

 

Dirección: Daniel Myrick y Eduardo Sánchez

 

Guión: Daniel Myrick y Eduardo Sánchez

 

Intérpretes: Heather Donahue, Joshua Leonard y Michael Williams.

 

Crítica

 

Estoy segura de que la mayoría de vosotros sabe lo que se siente cuando llega la hora de presentar el trabajo de fin de curso: un mes antes (eso con suerte) todavía no lo tienes muy claro, ya sabes el tema pero no cómo lo vas a desarrollar, la bibliografía es más escueta que la lista de la compra de un indigente y el esquema no acaba de convencerte. Pero quieres sacar una nota alta para impresionar al profesor. Bueno, qué coño, para chinchar a tus compañeros, que es lo único que te consuela cuando piensas porqué escogiste esa carrera tan anodina que te está consumiendo la juventud. Pues en esa situación se encontraban los jovenzuelos que perpetraron este experimento cinematográfico, pionero en su estilo, que causó verdadero furor a finales de los noventa.

 

Como yo en aquel momento era un mico, envié al cine a mi prima mayor "Pato-Pollo" para que la viera y luego me la contara. Años después, y, en concreto, el otro domingo por la tarde, me acordé de la sarta de improperios que profirió aquella mujer contra el film en cuestión y me puse a verla, por pura curiosidad. Y yo solita, que ya soy mayor. Enseguida comprendí porqué Pato-Pollo se puso como se puso después de ver "El proyecto de la Bruja de Blair"; no me malinterpretéis, no es mala en absoluto, pero en aquel momento el modo en que se filmó y la historia resultaron tanto chocantes como innovadoras. La publicidad que se hizo tanto por televisión como por Internet (una pasada entonces) vendía la película como un suceso real ocurrido en los bosques cercanos al pequeño pueblo de Burkittsville en 1994. Tres jóvenes habían decidido realizar un documental sobre la leyenda local de la Bruja de Blair y, cámara en mano, se pusieron en marcha con una mochila llena de provisiones y una tienda de campaña. Cualquiera de nosotros hubiera pensado "sí, claro, dos muchachos y una moza en el bosque... estos tres se van a hacer un menachatruá de esos, qué documental, ni qué documental..." pero no; realmente querían hacer el documental, los muy palurdos, por lo que cualquier expectativa de una peli pr0n casera en mitad de la naturaleza se desvanece a los pocos minutos de metraje.

 

La película en sí es muy inquietante, ya que está grabada de tal manera que realmente crees estar viendo el testimonio audiovisual de tres chicos perdidos en el bosque, optimistas al principio y desesperados conforme va llegando el terrorífico final. Sabe jugar muy bien con el movimiento de la cámara y con el sonido, dando pie a un terror más psicológico que otra cosa, pero está muy logrado y muy cuidado. Y es que, como decía al principio, esto era en realidad, el proyecto de fin de curso de una quincena de chavales, todos ellos estudiantes de una Escuela de Cine, que decidieron hacer una película impactante a partir de la nada, literalmente. Sin apenas medios se sacan de la manga un falso documental excelentemente filmado que incomoda al espectador en todo momento y, además, si a eso le sumamos la inteligente campaña publicitaria, tenemos ante nosotros la película de cine independiente más rentable de la historia. Sí, sí, tal cual. De los 22.000 dólares que se desembolsaron los jovenzuelos, recaudaron la escandalosa suma de 248.639.000 dólares, además de los premios que se llevaron en Cannes y en Sitges (y, por paradójico que puede parecer, incluso un Razzie). Qué, ¿cómo os quedáis? Yo soy el profesor y les pongo un sobresaliente.

 

He de decir que "El proyecto de la Bruja de Blair" no me pareció especialmente de miedo mientras la estaba viendo, pero es que después me paré a pensarlo: claro, ahora estamos acostumbrados a ver películas como "Paranormal Activity" o "REC", que se venden como "impactantes e innovadoras" en su estilo, pero nanai. La auténtica pionera en todas esas sagas de cámaras que graban a "tiempo real" es esta cinta, que demostró en su época que con poco se puede hacer mucho y dio una vuelta completa al concepto que se tenía entonces del cine independiente. Quizá por eso no le gustó a Pato-Pollo, porque era demasiado moderna y estábamos acostumbradas a otro tipo de narración cinematográfica. Si es que... ¡brujería que era aquello! ¡Brujería!

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