30/09/2011
Desde que el ser humano descubriera el agradable poderío que se siente portando calcetines que abriguen los pies bajo el zapato, allá por cuando a Cristo le empezaron a hacer rozaduras las chanclas, las incógnitas sobre sus continuas desapariciones no han hecho más que crecer durante los siglos. Y es que el hecho de conocer el paradero de los calcetines después de ser lavados y/o arrojados despreocupadamente bajo la cama se ha convertido en uno de los mayores enigmas que existen a día de hoy, junto con el monstruo del Lago Ness, el Yeti o la sexualidad de Marilyn Manson.
Así pues, surgen numerosas cuestiones como: ¿dónde se van los calcetines cuándo los metemos en la lavadora? ¿Por qué después de la colada acaba faltando siempre el otro par? ¿Por qué desaparecen incluso tras el lavado a mano de los mismos? ¿Cómo es que acaba desapareciendo un calcetín cuando sabemos que hemos puesto los dos bajo la cama? Y es que el patrón de las desapariciones siempre suele ser el mismo: dos calcetines, uno desaparece y el otro queda condenado a vagar solitario por los cajones de la ropa hasta encontrar a su compañero extraviado o a formar parte de un par diferente que también ha perdido a su mitad (con el consecuente suicidio social o alabanza a la originalidad, depende de si eres fashion o no). Pero, ¿por qué han de verse sometidos los pobres calcetines a esta inimaginable tortura de soledad o infames combinaciones de color? ¿Qué es lo que sucede?
En Thisismadness hemos realizado una serie de investigaciones científicas sobre este fenómeno para tratar de hallar respuestas a tan peliagudo misterio. Al mismo tiempo, hemos contrastado nuestras hipótesis con algunas ya existentes pero nos hemos dado cuenta de que las nuestras son mucho mejores, dónde va a parar. Así que, si en este listado encontráis coincidencias con teorías ya formuladas, que sepáis que es debido a que las hemos mejorado y nunca plagiado. Dicho lo cual, he aquí algunas de las posibles causas por las que en Thisismadness creemos que desaparecen los calcetines:
1) Durante el proceso de lavado y secado:
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Las lavadoras son, en realidad, monstruos mecánicos que se alimentan de prendas de vestir, sintiendo una especial preferencia por los calcetines y la lencería femenina (y, si no, explicad a Repolocho dónde han ido a parar sus braguitas de los domingos...)
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En las lavadoras se esconde un Leprechaun cuya única aspiración vital es la de robarnos los calcetines y echar esputos de cal para jodernos la máquina.
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Durante el trayecto lavadora-cesta de la ropa-habitación hay otro Leprechaun escondido en la cesta que se come los calcetines que su primo-hermano no ha conseguido extraviar.
2) Tras ser arrojados bajo la cama:
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Debajo de las camas existe un vórtice espacio-temporal que absorbe de manera aleatoria todo lo que encuentra, dejando siempre la mitad. Por este motivo desaparece tan sólo un calcetín del par, una de las rebanadas de pan de un sándwich ya en estado de momificación o también puede ser que:
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Ese mismo vórtice tenga capacidad discriminatoria y por eso se lleva sólo uno de los calcetines.
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Se los come el Señor Bumpy, teoría cuya validez sigue vigente hoy en día, gracias a la serie-documental del mismo nombre que tuvo tanto éxito entre el público infantil de los noventa (cosa que sigo sin explicarme, debido a que el rigor científico de la misma estaba orientado hacia un público más bien adulto).
Otra teoría alternativa a todas estas es la que afirma que los calcetines cuentan con vida propia, algo que se encargó de estudiar Repolocho durante todo un mes (en el que llevó sandalias, téngase el dato en cuenta) y que le ha llevado a pensar que la convivencia de éstos se ve alterada con la llegada del otoño, momento en que comienzan a usarse de nuevo. Este factor podría afectar negativamente al bienestar del par, por lo que las desapariciones no serían más que las típicas disputas domésticas o, incluso, separaciones conyugales.
Sea como fuere, todas estas hipótesis, como ya señalamos, han sido el producto de horas y horas de investigación thisismadniaca acerca del asunto (porque algo hay que hacer durante el periodo de exámenes de septiembre, ¿o acaso os creíais que todo es estudiar la reestructuración económica en la Inglaterra en el siglo XVI?), con los dolores de cabeza y riesgos que esto puede llevar (sobre todo si tienes un pánico patológico por estas prendas), pero no hemos hallado aún la respuesta definitiva al enigma, como tampoco lo hicimos en la entrega anterior.
Pero seguiremos indagando, al igual que esta compañía de electrodoméstica neozelandesa.
DO NOT PANIC
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HoJu (sábado, 01 octubre 2011 14:58)
No hay que olvidar a lo muchos calcetines que cayeron heroicamente en los cmapos de batalla dejando a sus parejas viudas.
http://www.youtube.com/watch?v=EoUb7jiFj5Q