31/08/10

Nos hemos vendido. Ya lo comentamos por alguna parte pero no hicimos el anuncio oficial. Y con razón, porque el chollo nos ha durado poco. Lo de vendernos no ha salido del todo bien, por ahora. Ya sabéis, si no quedan satisfechos les devolvemos el dinero. Y así ha sido... pero esto es empezar al historia por el final de los tiempos y lo adecuado sería remitirse al principio de dichos tiempos para ofreceros sin censura, maniqueísmo ni edulcorantes, la cruda historia real, con sangre, tetas y armas automáticas, del día que Thisismadness cayó en las garras de la publicidad.

EL SIGUIENTE CUENTO ES APTO PARA TODOS LOS PÚBLICOS (abuelos no, no los cubre el seguro)

Érase una vez que se era un reino muy lejano llamado Internet. En este reino existía un mago muy amable que ayudaba a todo el mundo a encontrar lo que buscaba y se llamaba Google. Luego existió Thisismadness. En un punto intermedio entre estos dos procesos de existencia, Google sufrió un ictus cerebral que le cambió el carácter y quiso dominar el reino, ambición muy legítima que muchos compartimos, así que se instruyó en magia negra y extendió sus tentáculos por los campos libres de Internet.

Cuando la joven e ingenua TIM creció y se convirtió en una flamante y sexualmente atractiva página .es llena de ilusión y de buenos deseos, pensó en empezar a ganarse honradamente unos dineros para ayudar a los niños negritos de Groenlandia, plantar amapolas y pintar arcoíris de colores. En ese momento, se cruzó en su despreocupado camino el malvado Adsense, esbirro de Google, que convenció a nuestra pobre e inocente TIM de que ganaría dinero para sus empresas filantrópicas si se comía la Manzana de la Publicidad, que tenía forma de Pantera Rosa con incrustaciones de Sugus. Pero héte aquí que esa manzana contenía un terrible maleficio, cuya existencia TIM estaba muy lejos de sospechar. De modo que se la comió y no dejó ni las raspas. Y muy contenta, bailando la danza de la alegría y cantando canciones de la banda sonora de El Rey León, TIM se puso a trabajar para ganar dinero, pensando que todos los negritos de Groenlandia le estarían agradecidos.

TIM y todos sus amigos trabajaron con mucho entusiasmo en el negocio de la publicdad, e hicieron más clics que nadie, muy contentos porque estarían ganando mucho dinero para curar a los perritos enfermos. Cuando habían conseguido el fabuloso tesoro de ocho euros tras diez días de trabajar sin descanso, el malvado Google mandó a su cruel Adsense para que ejecutara la maldición y Adsense, con su varita mágica, paralizó el trabajo de TIM y le quitó la publicidad para siempre. Y sin ninguna compasión por los perritos que se morían de cáncer, Google se quedó el tesoro de TIM riendo con maldad desde su castillo de Sillicon Valley.

TIM, arrastrada, prostituida y sin blanca después de tanto trabajo, aprendió una dura lección y les dijo a sus amiguitos que con taaanto entusiasmo le habían ayudado a hacer clic en la publicidad:

... (y aquí, niños, viene la moraleja)...

"Nunca trabajéis más de la cuenta, el cabrón del jefe que no ha movido un dedo siempre se llevará el mérito y todos los benedicios."

Según otras fuentes, lo que dijo TIM a sus fieles amigos fue:

"Cabrones, si os decimos que no hagáis más de un clic al día por cabeza es por algo. A ver si aprendemos para la próxima. Pero gracias por el entusiasmo. Como lo repitáis os arrancamos la piel a tiras y nos la comemos. Pero gracias."

Y por último, todas las fuentes vuelven a coincidir en que , mientras se alejaba hacia el horizonte, TIM dijo con su voz angelical:

"¡GOOGLE, CABRÓOOOOOOON!"

Y colorín colorado, este cuento no ha acabado. Seguimos buscando un proveedor de publicidad menos capullo.

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