19/04/2010
Ay, madre, qué pereza... oooaaaahhhmmmmm (suspiro, estiramientos, resoplido), pero qué pereza que me da esta entrada. No, no es que me dure la postración del gran y alocado Congreso TIM que se celebró el pasado viernábado. Precisamente es que el Congreso TIM que se elebró el pasado viernábado no me inspira especialmente para escribir. Será porque el que se prometía un Congreso over 9000 se quedó casi en un 404. Pero como nadie quiere ponerse al tajo, tendrá que ser el tito HoJu el que cumpla el deber cronístico.
No me entendáis mal, estuvo bien, como siempre. Obstrucción arterial, pelis y videojuegos, y la servicial aunque grosera hospitalidad del anfitrión Mace Windows, que es la forma thisismadniaca de mostrar afecto a los invitados. Las carencias no fueron tanto fruto de lo que fue sino de lo que pudo ser: ni business (más o menos serious), ni "música" en directo, ni Adult Swim, ni ANIMAL... (aunque su ausencia se suplió con Croac, una nueva cadete TIM a la que todavía estamos puliendo, y con la parcial asistencia de Repolocho, con quemaduras incluidas). Al menos no faltó el porno, eso sí, en versión educativa y cultural, todo hay que decirlo. Y es que, cuando la esperanza flaquee, cuando todo lo demás falle, cuando el tedio amenace la solitaria noche del viernes, siempre nos quedará el canal+ (siempre que lo paguemos, claro... ¡Cuántas vistas de francotirador se han malogrado intentando distinguir unas tetas en una pantalla codificada!)
A decir verdad, el Congreso empezó tarde y acabó pronto, totalizando unas discretas doce horas desde la apertura de la sesión hasta su cierre, debido a las ajetreadas agendas de los asistentes, que tenían mucho que fapear. Los primeros en llegar al menos pudimos disfrutar de unas escenas de naturaleza salvaje protagonizadas por la fauna local. Tampoco faltó un poco de ¡DECAPITACIÓOOOON! ni de acrobacias virtuales (porque si tenemos que hacerlas nosotros, vamos listos).
Con la habitual resolución e iniciativa propias de todas nuestras reuniones, se tardó varias horas en decidir el programa cinematográfico a visionar. Y cuando por fin se decidió, problemas técnicos obligaron a nuevas deliberaciones, con los preceptivos descansos, que deliberar fatiga mucho. Al final solo Spinal Tap y Futurama nos salvaron de pasar la noche en estado vegetativo, aunque algunos ni por esas...
Por último, con las segundas luces del día y las enésimas reposiciones de Al salir de clase, antes de que la depravada programación infantil matutina inundara nuestros reblandecidos y frágiles cerebros de cosas de las que mejor no hablar, se levantó la caótica sesión. Para el próximo evento se plantea la necesidad de redactar un orden del día con todas las actividades previstas. No cambiará nada pero nos evitará levantarnos a por servilletas a la cocina.
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