La velada transcurrió en los parámetros habituales: pelea violenta por los alimentos (y eso que al final sobró la mitad), conatos reiterados de violación troll, y sesión de cine de ¿terror?, en este caso protagonizada por la cinta original de La Matanza de Texas, cuyo corto (afortunadamente) metraje, además de asustar bastante menos que, por ejemplo, el perro de la anfitriona, dejó a los espectadores con un WTF? en la boca. Ante la amenaza de tener que soportar las escenas eliminadas, se impuso una huida hacia el cementerio. A estas alturas la asistencia se había ido reduciendo, no se sabe si por la persecución de Leatherface o los más peligrosos ataques del sueño. Tras visitar a los difuntos y a un cabrón (hablando en términos ovicápridos) que había por allí , y recibir la polémica visita de un gato (no en vano la fieshta empezó en Caturday), la comitiva se reintegró y la Repolochada acabó, quedando solo en pie el quinteto habitual de los Congresos Thisismadness, inasequibles al desaliento, al sueño y al olor y los lloriqueos de un mastín de 80kg.

En tan grata y canina compañía (además de flatulenta, aunque eso es otro asunto), avanzó la madrugada. Aunque no fuera éste un Congreso oficial, se trataron espinosos temas de economía y "comercio", ante el giro acontecido en la coyuntura y situación (material y teórica) del mercado. Se expusieron las posibles soluciones pero no se cncluyeron las líneas a seguir. Cambiando totalmente de tema, escuchemos una canción que NADA tiene que ver (*guiño, guiño*):